Él dormía en el lado derecho de la cama, y en el lado izquierdo, dormía ella. A su lado, estaba la mesilla de noche donde se encontraba el despertador. Cada mañana, cuando sonaba la alarma, él saltaba de un lado a otro de la cama para pararlo; eso sí, muy sigiloso para no despertarla. Una de estas veces, ella le preguntó: 
- ¿Por qué te levantas en vez de pedírmelo?
A lo que él contestó: 
- Porque si soy capaz de hacer algo, no tengo por qué pedírselo a nadie.

Kai.

Vuelve, por favor. Vivir solamente con tu recuerdo, ya no es suficiente para mí. 
Cada vez que recuerdo todos los momentos que pasamos, se me retuerce el alma, se me estruja el corazón. 
Necesito sentir todos tus abrazos, el roce de tu mano con la mía, y cómo me contemplabas mientras estudiábamos juntos. Necesito alguien que me cuide con delicadeza y mimo, como tú solías hacerlo. Echo de menos que me digas que soy adorable, porque solamente puedo serlo cuando estás a mi lado. Sé que te gusta verme reír sola, pero solamente lo hago cuando te tengo a ti. Echo de menos que me hagas sonrojar, como sólo tú sabes hacerlo. Necesito de tus consejos y tus riñas. Necesito alguien que me diga que estudie, que no fume, que beba, pero con moderación, que disfrute de mi adolescencia, que me enamore, que no me trabe por chorradas. Y sí, tengo mucha gente que me ayuda a levantar cuando caigo, pero no tengo a nadie que se ponga debajo antes de la caída para que no me haga daño, porque tú eras el único al que no le importaba dar la vida por mí. Echo de menos tus risas, tus manos, tus ojos, tu sinceridad, tu cariño; la forma en que apartabas la mirada al ruborizarte, cuando yo soltaba alguno de mis comentarios estúpidos. Echo de menos la forma en la que acariciabas mi cara antes, durante, y después de besarme.
Te fuiste, y te llevaste contigo toda mi alegría, todas las ganas de vivir que me quedaban. Por favor, vuelve antes de que sea demasiado tarde.

Películas infantiles, que te enseñan muchas cosas.

-Todo el mundo es especial, Dash.                                                   
+Esa es otra forma de decir que nadie lo es.                                      
                                                                                                                          

                                                                      

                                                        Yo nunca miro atrás, querido.

Me distrae del presente.

Cuando sea, para lo que sea.

Sabes que siempre estaré aquí, para ayudarte cuando lo necesites. Para hacerte reír cuando estés triste, para darte mil abrazos, para llorar contigo cuando no puedas más. Para escuchar todas esas canciones que odio, pero que por ti escucharía mil veces, para entretenerte y para escucharte cuando te aburras.
Pero ante todo estaré ahí para quererte; ¡siempre!